
El catedrático de Cirugía Laparoscópica y Digestiva Miguel Ángel Cuesta opinó hoy que las nuevas tecnologías de "cirugía miniinvasiva", como el robot quirúrgico, están inmersas en "una revolución que no cesa", por lo que harán falta unos 5 años más de uso para determinar su ámbito de aplicación.
El doctor Cuesta, que practica actualmente la cirugía robótica en el Centro Médico y Universitario Libre de Amsterdam, ofreció, junto al profesor Juan Santiago Azagra, jefe del servicio de cirugía digestiva del Centro Hospitalario de Luxemburgo, una rueda de prensa en el marco de la XVI Reunión Nacional de Cirugía, que se clausura hoy en San Sebastián y en la que han participado más de 1.500 especialistas. Miguel Angel Cuesta explicó que tanto el robot, como los "quirófanos inteligentes", los sistemas de intercomunicación o el nuevo instrumental han revolucionado de tal manera la ciencia quirúrgica que han obligado a los especialistas a "reaprender la cirugía" y "redescubrir la anatomía". Tras recordar que la técnica laparoscópica supuso a principios de los años 90 "el hito más importante de la cirugía de los últimos cien años", explicó que las nuevas tecnologías que se están implantando ahora ofrecen "unas ventajas increíbles" respecto a la cirugía convencional, al permitir "operar con gran precisión y eficacia, y con un menor trauma para el paciente". "Lo que se ve más se puede manipular mejor", añadió el experto, quien citó la ventaja que supone para el profesional poder por ejemplo ver en una pantalla una arteria de un milímetro de diámetro aumentada siete veces, analizar órganos en formato tridimensional o eliminar el temblor de las manos humanas. Las nuevas tecnologías permiten además "optimizar la enseñanza", ya que las operaciones pueden ser seguidas "on-line" por un número ilimitado de profesionales o estudiantes. Sin embargo, advirtió de que tecnologías como el robot, cuyo uso y desarrollo está actualmente en una "fase inicial" -se usa desde 2004-, son aún "muy caras", pues una unidad ronda el millón y medio de euros, a lo que debe añadirse el instrumental. La reducción de su tamaño es otro de los retos en curso que apuntó el doctor Cuesta, así como su rentabilidad, ya que el "Da Vinci" es el único que se comercializa en la actualidad. En España, sólo tres hospitales, en Madrid, Sevilla y Barcelona, disponen de un robot quirúrgico para intervenciones.
El doctor Cuesta, que practica actualmente la cirugía robótica en el Centro Médico y Universitario Libre de Amsterdam, ofreció, junto al profesor Juan Santiago Azagra, jefe del servicio de cirugía digestiva del Centro Hospitalario de Luxemburgo, una rueda de prensa en el marco de la XVI Reunión Nacional de Cirugía, que se clausura hoy en San Sebastián y en la que han participado más de 1.500 especialistas. Miguel Angel Cuesta explicó que tanto el robot, como los "quirófanos inteligentes", los sistemas de intercomunicación o el nuevo instrumental han revolucionado de tal manera la ciencia quirúrgica que han obligado a los especialistas a "reaprender la cirugía" y "redescubrir la anatomía". Tras recordar que la técnica laparoscópica supuso a principios de los años 90 "el hito más importante de la cirugía de los últimos cien años", explicó que las nuevas tecnologías que se están implantando ahora ofrecen "unas ventajas increíbles" respecto a la cirugía convencional, al permitir "operar con gran precisión y eficacia, y con un menor trauma para el paciente". "Lo que se ve más se puede manipular mejor", añadió el experto, quien citó la ventaja que supone para el profesional poder por ejemplo ver en una pantalla una arteria de un milímetro de diámetro aumentada siete veces, analizar órganos en formato tridimensional o eliminar el temblor de las manos humanas. Las nuevas tecnologías permiten además "optimizar la enseñanza", ya que las operaciones pueden ser seguidas "on-line" por un número ilimitado de profesionales o estudiantes. Sin embargo, advirtió de que tecnologías como el robot, cuyo uso y desarrollo está actualmente en una "fase inicial" -se usa desde 2004-, son aún "muy caras", pues una unidad ronda el millón y medio de euros, a lo que debe añadirse el instrumental. La reducción de su tamaño es otro de los retos en curso que apuntó el doctor Cuesta, así como su rentabilidad, ya que el "Da Vinci" es el único que se comercializa en la actualidad. En España, sólo tres hospitales, en Madrid, Sevilla y Barcelona, disponen de un robot quirúrgico para intervenciones.
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